5 mitos sobre el acné: desentrañarlos para saber cómo tratarlo
El acné es posiblemente la enfermedad de la piel que da lugar a más mitos. Son las leyendas urbanas sobre el cuidado de la piel que tanto oímos que acaban tomándose como verdad absoluta.
Pero, ¿es cierto que el acné sólo aparece en las pieles grasas? ¿Y es mejor dejar que los granos desaparezcan por sí solos? Hoy vamos a desmentir ocho mitos sobre el acné para que aprendas a cuidar aún mejor tu piel.
1. ¿El acné sólo aparece en las pieles grasas?
No. La mayoría de las personas que tienen acné, sobre todo acné grave, tienen antecedentes familiares de casos. Es esta predisposición genética la que influye en la forma en que se comporta la piel. Define si una piel tiene glándulas sebáceas que producen demasiado sebo, si es una piel que tiende a producir más queratina de la que necesita para obstruir los poros, o tiene menos lípidos para protegerla (lo que la predispone a las infecciones bacterianas), por lo que tiende a inflamarse más. Esta predisposición genética es la base de que los factores ambientales sean más agresivos con este tipo de piel.
2. El sol ayuda a secar los granos
Es uno de los mitos sobre el acné más perjudiciales que existen. El sol estimula aún más la producción de las glándulas sebáceas, agrava la inflamación y aumenta la intensidad y frecuencia de las manchas. Sólo la radiación solar provoca la inflamación de la piel, debido a la propia quemadura.
3. El acné es cosa de adolescentes
El acné puede aparecer en cualquier etapa de la vida, ya que puede estar causado por diversos factores. Basta pensar en el acné del adulto, que se produce después de la adolescencia y puede aparecer en cualquier momento de la edad adulta. El acné del adulto suele estar relacionado con un ovario poliquístico o, en general, con algún cambio en las hormonas masculinas, que pueden haber aumentado.
El acné en las mujeres adultas se caracteriza por su aparición más tardía, afectando más al cuello y al tercio inferior de la cara -alrededor de la mandíbula-. Las lesiones están más inflamadas y doloridas, y dejan más manchas.
4. Comer chocolate provoca acné
El cacao, principal componente del chocolate, no es un villano; al contrario, es una fuente de magnesio y triptófano, nutrientes beneficiosos que estimulan al organismo a producir endorfinas y serotoninas, responsables de la sensación de bienestar. Los estudios demuestran que el chocolate negro (rico en cacao) tiene una excelente capacidad antioxidante. Así que cuanto más cacao, ¡mejor! De hecho, hay otros componentes presentes en el chocolate que acaban causando problemas a la piel, sobre todo a los que padecen acné, como el azúcar, la leche y las grasas.
5. Es mejor dejar que los granos se vayan solos
Tratar un grano es una cuestión de salud, no de estética. En la mayoría de los casos, un grano no es gran cosa, pero tienes que pensar en el problema a largo plazo, ya que desarrolla una cicatriz. Cuanto más tiempo la cuides, más complicado será.
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