¿Es curable el melasma?
Los problemas de piel suelen afectar a la calidad de vida de las personas (¡y mucho!). Y el melasma no es una excepción. Ahora imagina que vives con manchas oscuras -más concretamente manchas marrones- en la cara, en zonas como la frente, las mejillas, la barbilla y la nariz. Aunque es menos frecuente, las manchas también pueden aparecer en otras zonas expuestas al sol, como el cuello uterino y los brazos.
Más frecuente de lo que crees, el melasma afecta a mujeres de entre 25 y 40 años. Los hombres también pueden padecerlo, aunque es más raro: sólo afecta al 10% de los casos.
A continuación hemos enumerado algunos detalles sobre el tablero que merece la pena conocer:
¿Cuáles son los tipos de melasma?
Hay 3 tipos más comunes:
- Epidérmica: la formación de melanina se produce en la epidermis. En otras palabras, en la primera capa de la piel, cuya función principal es proteger al cuerpo de las agresiones externas, aparecen manchas marrones con bordes definidos;
- Dérmica: en este caso, la producción de melanina se produce a mayor profundidad en la dermis, entre la epidermis y la hipodermis. Esto provoca manchas más oscuras y grises, y es un tipo de tratamiento más difícil;
- Mixta: la formación combina aspectos de las otras dos anteriores. Así, afecta a la capa superficial e incluso a la capa más profunda de la piel, con pigmentación gris-marrón, que requiere un tratamiento más complejo.
¿Cómo tratar el melasma?
Aunque no existe cura, la buena noticia es que estas incómodas cositas pueden tratarse. Como la exposición al sol es la causa principal, lo primero que hay que tener en cuenta es la protección solar, preferiblemente con filtros solares de color.
Además de proteger contra los rayos UVA y UVB, tienen un acabado que unifica el tono de la piel y disimula las manchas. Una alternativa igualmente eficaz son las cremas blanqueadoras. El tratamiento debe ser diario y constante, por lo que el consejo principal es confiar en el consejo de un dermatólogo.
Ácidos aliados en el tratamiento
Algunos ácidos pueden ayudar a tratar eficazmente el melasma. Son: glicólico, retinoico, zelaico, kójico, fítico, tranexámico, dioico y ascórbico.
Con el uso de estos productos, es aún más importante reforzar el uso de protección solar incluso en interiores. Para garantizar la protección frente a la exposición a la luz visible, podemos contar con los avances de la industria farmacéutica.
Ya existen protectores solares especialmente diseñados para proteger contra los daños causados por la luz azul. Este tipo es el que tiene más energía y penetra profundamente en la piel, favoreciendo la aparición de manchas incómodas.
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