Lactancia materna: mitos y verdades
La leche materna es el mejor alimento que puedes dar a un recién nacido, ya que contiene los nutrientes y minerales que necesita para su desarrollo. No es casualidad que la lactancia materna sea el factor que más contribuye a reducir la mortalidad infantil. Sin embargo, todavía hay muchos interrogantes en torno a esta cuestión. En este artículo analizamos los principales beneficios de la lactancia materna para la salud de la madre y, sobre todo, del bebé, y desmentimos algunos mitos y prejuicios.
La lactancia materna y sus beneficios
La lactancia materna es una de las experiencias más enriquecedoras en la vida de una mujer. Más que alimentar, ayuda a reforzar los vínculos afectivos entre la madre y el bebé. Es, sin duda, una de las mayores demostraciones de amor y afecto que el ser humano puede dar y recibir.
Según los expertos, la leche materna es el alimento más rico que puede tomar un bebé. Además de tener la cantidad adecuada de nutrientes, está compuesta de anticuerpos que reducen la incidencia y/o gravedad de múltiples infecciones y protegen contra enfermedades, alergias y obesidad a largo plazo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante al menos los seis primeros meses de vida. Es en esta etapa cuando la leche materna es especialmente importante para la salud del recién nacido. Tras la introducción de otros alimentos, la leche materna debe seguir formando parte de la dieta del niño al menos hasta los dos años de edad.
La lactancia también tiene numerosos beneficios para el organismo de la madre. Además de acelerar la recuperación posparto, favorece el retorno del útero a su tamaño normal y reduce el riesgo de cáncer de mama posmenopáusico, cáncer de ovario, osteoporosis y enfermedades cardiacas, entre otros.
Las mamás y futuras mamás deben cuidar mucho su cuerpo para evitar la aparición de estrías durante y después del embarazo y la deshidratación de la piel. Actualmente existen en el mercado numerosas soluciones que ayudan a devolver la firmeza y elasticidad a la piel, prevenir y reducir las estrías y proteger la piel del pezón durante el periodo de lactancia. A continuación encontrarás productos adecuados para cada una de estas situaciones.
Mitos y verdades
1- Después de los dos años, la leche materna ya no es beneficiosa para el bebé
MITO: Hay muchas pruebas que demuestran el valor de la leche materna para los niños mayores de dos años. Además de mantener el vínculo entre mamá y bebé, contiene vitaminas, minerales, nutrientes y proteínas que contribuyen al desarrollo sano del niño.
2- El destete debe ser natural, gradual y planificado
VERDAD: Si el destete se hace de forma natural y gradual, el niño dejará de querer ser amamantado por sí solo. Esto suele ocurrir entre los dos y los cuatro años. Un menor interés por la lactancia materna o la aceptación de otros tipos de alimentos son dos de los signos que indican que el niño quiere dejar de mamar.
3- El estrés y la ansiedad perjudican la producción de leche
VERDAD: La producción de leche materna depende de dos hormonas, la prolactina y la oxitocina. Esta última depende en gran medida de factores emocionales. Sin embargo, la producción de leche se normaliza cuando la mujer vuelve a su estado normal.
4- La leche materna puede ser débil
MITO: La leche débil no existe. La leche materna tiene todas las cualidades para nutrir al bebé. La lactancia materna es más que un alimento, es nutrición. Puede considerarse la primera forma de vacunación, ya que protege a los bebés de infecciones o enfermedades.
5- Se acaba la leche materna
MITO: Mientras el bebé esté estimulado, la madre sigue produciendo leche.