¿Tienes antojo constante de dulces?
¿Sabías que es mucho más fácil resistirse a los dulces si tienes estabilizados los niveles de azúcar en sangre? Los expertos coinciden en que la levadura de cromo orgánica es una buena forma de controlar los niveles de azúcar en sangre.
¿Tienes antojo constante de dulces? ¿Sueles comer chocolate después de cenar? Si es así, la solución es tomar un suplemento de levadura de cromo orgánico. Según la EFSA(Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) -el grupo de expertos que evalúa los efectos y la seguridad de los complementos nutricionales-, la levadura de cromo orgánica ayuda a mantener los niveles de azúcar en sangre dentro de los valores normales. Puesto que la fluctuación de los niveles de azúcar en sangre es la causa principal de los antojos de dulces, por aquí es por donde debes empezar.
Es más fácil adelgazar
Una de las grandes ventajas de tener estabilizados los niveles de azúcar en sangre es que resulta mucho más fácil perder peso o evitar engordar. Cuando puedes resistirte a los dulces, dejas de sobrecargar tu cuerpo con calorías innecesarias que suelen hacerte ganar peso. La levadura de cromo en sí no es una sustancia adelgazante, pero como reduce las ansias de comer dulces, hace que sea mucho más fácil seguir una dieta sana y normal, lo que te ayuda a perder peso.
Una fuente más eficaz de cromo
Este mineral se conoce desde hace muchos años, pero se ha descubierto que la capacidad del organismo para absorber el cromo varía según el tipo de cromo presente en el suplemento. Las fuentes de cromo que solían utilizarse, como el picolinato de cromo y el cloruro de cromo, tienen una biodisponibilidad muy baja, mientras que la levadura de cromo orgánico se absorbe fácilmente en el organismo. De hecho, la EFSA ha reconocido oficialmente que la levadura de cromo orgánico tiene una tasa de absorción 10 veces superior a la de otras formas de cromo utilizadas normalmente en los suplementos.
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O el cromo “reenvía” el azúcar a la célula
Los alimentos que comemos contienen azúcar (glucosa), que nuestras células convierten en energía. Cuando comemos azúcar, el cuerpo empieza a producir insulina, una hormona necesaria para que la glucosa entre en las células. En una persona sana, los niveles de insulina aumentan en respuesta a la ingesta de glucosa, ayudan a que ésta entre en las células y luego vuelven a la normalidad. Sin embargo, si se produce muy poca insulina o si el organismo es incapaz de responder adecuadamente a su propia insulina, la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo en lugar de llegar a las células. Las células cerebrales y musculares carecen de energía y, para compensarlo, surge un fuerte deseo de comer dulces.
La falta de cromo es otro factor que puede alterar este mecanismo. Son la insulina y el cromo los que juntos “encaminan” el azúcar hacia las células.