5 pasos para una ducha respetuosa con tu piel

Ducharse es posiblemente uno de los momentos más relajantes del día y también el momento en el que sacas a la cantante que llevas dentro, ¿nos equivocamos? ¿Eres de los que tienen una lista de reproducción dedicada a estos minutos? Sea como sea, lo importante es darse cuenta de que este momento puede tener un impacto negativo en tu piel.

Sigue estos pasos para conseguir un baño tranquilo y nutritivo para tu piel:

1. No te duches con agua demasiado caliente
¿Por qué? Porque la piel produce una grasa natural y la alta temperatura del agua contribuirá a que esta grasa saludable desaparezca, provocando sequedad cutánea.

2. No permanezcas bajo la ducha más de 5 a 10 minutos
Cuanto más tiempo permanezcas bajo la ducha, más probable es que debilites tu piel.

3. Elige los productos adecuados
Presta atención al pH de la etiqueta de tu gel de ducha. Los productos con pH neutro son los mejores, como es el caso del Aceite Limpiador Lipikar AP+, que además aporta a la piel los lípidos necesarios para reconstruir la barrera cutánea.

4. Prescinde de las esponjas
El uso de estos objetos aumenta la probabilidad de acumular bacterias y, una vez más, de eliminar los aceites naturales de la piel. Si quieres mantener este objeto en tu rutina, lo ideal es renovarlo
cada mes y dejarlo secar al aire después de cada uso.

5. Final perfecto: hidratación después de la ducha
Después de secar ligeramente tu piel con una toalla de algodón, viene un paso crucial que a menudo se pasa por alto: aplicar un tratamiento hidratante adecuado a tu tipo de piel. Tanto si tienes la piel seca, muy seca o atópica, no te saltes este último paso de tu rutina para asegurarte de que tu piel está hidratada y su barrera cutánea protegida y equilibrada.

Fuente: https://www.laroche-posay.pt/